El Diccionario de uso del español de Chile (DUECh), publicado
en el año 2010, nos indica que la “once” es la “Comida principal de la tarde,
que se toma entre el almuerzo y la cena, que consiste generalmente en una
bebida caliente acompañada de pan”.
¿Cuál es el origen del nombre?
Se dice que podría ser una adaptación de “eleventh”, “palabra
inglesa introducida por Lord Cochrane en la marinería nacional para designar el
refrigerio de mediodía”, según consigna Eugenio Pereira Salas, en su libro Apuntes
para la historia de la cocina chilena (1977).
En el mismo texto, se indica la que es -para mí- la versión
más acertada ¿por qué? Porque uno de mis profesores en la universidad, gran investigador
de la lengua española, siempre se refería a ella como la más cercana al uso del
lenguaje cotidiano, esto es:
“Del lapso de tiempo entre el almuerzo y la comida deriva la
tradicional once, cuya etimología derivan los costumbristas chilenos y
peruanos de las once letras del aguardiente, que los frailes utilizaban como un
eufemismo que disimulara el sentido de la invitación”.
La cantidad de letras de la palabra AGUARDIENTE, aquel licor
tan intenso y popular en Chile, sería el “secreto” del origen de la ONCE.
“Vamos a tomar las onces”, para evitar decir explícitamente
que alguien iría a beber alcohol, después del trabajo probablemente…me imagino
esa época…y luego un paso al “vamos a tomar once”, que seguramente se mezclará con
la influencia británica del afternoon tea, en el siglo XIX, agregando
así comida al bebestible.
Comida y algo para beber, generalmente té, así es como conocemos
nuestra rica once chilena, nuestra excusa para reunirnos en las tardes a
compartir, a descansar del ajetreo cotidiano, a alimentarse con calma antes de ir
a dormir…qué rico ¿no?
¿Qué te parecen las ideas sobre el origen de la expresión “tomar
ONCE”?
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