Para gustos no hay nada escrito.
Algunas personas prefieren que la once sea sí o sí en la
casa. Post trabajo, post estudio, casi en pijama, jajaja. Vivir este momento en
el hogar, precisamente, por esa sensación de estar en él y disfrutar el descanso.
Otras, en cambio, disfrutan el salir de casa y que la once llegue
lista a la mesa. Con comodidad, entre risas alrededor, tal vez con algún bocado
más elaborado, otra decoración…
¿De que team eres tú?
Yo, sin duda, prefiero la once en casa. ¿Beneficios? Muchos:
-Defino el horario específico, sin tener que esperar a que
se “desocupe una mesa”.
-Establezco el menú.
-Organizo la mesa como mejor me parece. Si estoy bien
inspirada puedo poner algo bonito para decorar el ambiente.
-Hago mis propias mezclas para un rico té (por lo general,
suelen ser hebras de té negro con canela, anís y clavo de olor).
-Ahorro, ya que el servicio lo presto yo.
-Puedo demorar todo lo que quiera sin la inquietud de que al
dejar de consumir debo alistarme para dejar el lugar.
Es cierto, si se me antoja un día salir a un local a tomar
once no siento que estoy pecando, claro está. Y lo disfruto. ¿A quién puede NO
gustarle que la atiendan? A mí me encanta y me relaja. Por eso lo hago
ocasionalmente. Pero, sin duda, tomar once en casa hace que la sienta más
auténtica y tradicional.
Opiniones…