domingo, 7 de julio de 2024

Once en el pueblo

 

Hace unos días fuimos a uno de mis lugares favoritos: Yumbel, un pueblo a 50 minutos de Concepción.

Es reconocido por su santuario de San Sebastián, al que asisten muchos fieles durante todo el año.

Es un lugar pequeño, con una plaza muy linda, en la cual generalmente hay pequeños puestos que venden diferentes productos locales.

En esta pasada, buscando un lugar para tomar once en medio de una tarde fría, encontramos un café muy acogedor. Una joya en medio de un poblado que esconde muchos tesoros secretos por descubrir.

¿Qué pedí para comer? Foto a continuación:





domingo, 30 de junio de 2024

Picarones

 

Ya, es que definitivamente es una de mis recetas preferidas de la temporada. Masa suave, blanda y esponjosa, en un caldo dulce que le da un sabor exquisito. Yo preparo los picarones así:


- 4 tazas de harina

- 1 taza de zapallo cocido y molido (lo uso tibio)

- 10 gr de levadura en polvo

- 3/4 taza de leche (o según necesidad)

- 3/4 taza de azúcar (o lo que gustes: en la cantidad. Puede ser estevia también)

- Un poco de esencia de vainilla.

-1 litro de aceite para freír.


Para el caldo:

- 1 litro de agua.

- Una porción de chancaca (uso medio pan).

- Canela entera a gusto.

- 5 clavos de olor.

- Cáscara de naranja (yo uso de media naranja y queda perfecto).


¿Cómo armo la receta?

Para los picarones, junto todos los ingredientes y formo una masa que quede esponjosa, pero que no se pegue en los dedos. Lo dejo reposar 1 hora para que doble su volumen.

Con las manos, formo bolitas no tan grandes y les hago un hoyito al centro. Así quedan con forma de anillo.

Caliento bien el aceite y frío poco a poco los picarones, 4 a 5 minutos por lado, o hasta que estén doraditos.


En el caldo es más o menos lo mismo, junto todos los ingredientes (uso el agua helada) y los pongo a fuego medio por 15 minutos aproximadamente, o hasta que la chancaca esté bien diluida y haya hervido. Dejo reposar y luego sirvo los picarones vertidos en este caldo delicioso.




Para los picarones, junto todos los 

domingo, 23 de junio de 2024

Invierno

 

Llegó el invierno. Después del otoño, mi segunda estación favorita.

Lluvia, relámpagos, truenos y frío. Dan ganas de quedarse en casa, bien abrigados y muy cómodos. Comiendo algo rico, además. Y sí, en esta temporada, un meme que circula por las redes sociales se vuelve muy cierto:

                                             CUANDO LLUEVE, AUTOMÁTICAMENTE:

“Pensamientos panaderos” y reposteros, agrego. Algún experto en salud nutricional podría explicar bien este fenómeno: la necesidad de comer cosas como masas, dulces…ojalá tibios, que es claramente por las bajas temperaturas. En realidad imagino que todo esto es por el frío y la necesidad de calentar el cuerpo. Y el alma.

Desde otoño en mi casa se vienen preparando las típicas cosas de la temporada: sopaipillas, picarones, queques, chocolate caliente…y seguirá, hasta que vuelva el calor y las onces necesiten ser más fresquitas. O no?

sábado, 4 de mayo de 2024

Si hoy tomas once solo o sola, te recomiendo un libro...

 

Tal vez hoy o mañana, o quizás de manera permanente por ahora, tomes once solo o sola. Bueno, en definitiva no estás del todo en solitario, ya que los oncelovers nos acompañamos a distancia. Cuando tú estás en un lugar con un té en la mano, hay alguien que también lo está haciendo en otro sitio, en el mismo momento. Créeme.

En fin, estás en tu casa y has llegado del trabajo. Se ha terminado la jornada de estudio. Has parado las labores del hogar. Vives solo. Tal vez tienes una mascota y la saludas. Tienes hambre, sed y, sí, estás cansado. Necesitas abstraerte del mundo por un rato y qué mejor que preparar tu once, disponer un espacio en la mesa o en el sillón y perderte por unos instantes mientras disfrutas de lo que tienes ante ti. Dedícate el tiempo que mereces y las atenciones que necesitas. Pon un mantel o un individual lindo, una servilleta que te guste, la taza o el tazón favorito. ¿Tendrás unas tostadas con mantequilla y palta que te animen? Espero que sí.

¿Y un libro? ¿Qué te parece?

Una lectura liviana. No te recomendaré el Quijote, a pesar de amarlo. Te diré que leas algo sencillo, pausado, simpático. Algo que te reconforte. Se me ocurrió el siguiente texto:




Paso a paso y palabra a palabra, te lleva a una experiencia agradable que te permite pensar en cada instante del día que ha sacado una sonrisa en ti, ha despertado la ternura o te ha hecho suspirar de alivio. Sin ser una obra maestra, este libro es ideal para una tarde en que estés agotado y quieras sentir que el mundo es un lugar pacífico y feliz en el cual refugiarse. Te invito a leerlo, en papel o de manera digital. No te arrepentirás. O, por lo menos, logrará que te distraigas un poco. Tu once y un libro, un excelente match.



miércoles, 1 de mayo de 2024

La "etiqueta" para la once


¿Cómo es que nos comportamos al tomar once? ¿Qué usamos?

Me gusta pensar en la cercanía que se genera en este momento. La pausa del día, previa al descanso. Nos hace actuar de manera más relajada, poco estructurada más allá de lo básico: cucharita del té bien puesta en el lado derecho del asa, tenedor pequeñito si comeremos un dulce, vaso o copa de agua si lo necesitamos…todo sencillo, pero bien dispuesto. Tal vez ocupemos la taza más delicada que tenemos. O el tazón más lindo y práctico, porque queremos que la sensación reconfortante del té (o la leche o el café) nos dure un poco más. ¿Por qué no?

También pienso en una panera bonita, un mantel simpático…Sentados en familia alrededor de una mesa, conversando sobre lo que hicimos durante el día y lo que esperamos para el día siguiente. O, como lo he dicho antes, solos empezando el merecido descanso. Tal vez viendo una serie o una película.

Compartir, con otros y con uno mismo, es la base del tomar once. Hacer juntos de este espacio de comida un tiempo agradable que nos permita pensar que, a pesar de todo, la vida va bien. 

Imagen desde la web


sábado, 27 de abril de 2024

Tomar once en casa: ¿sí, no?

 

Para gustos no hay nada escrito.

Algunas personas prefieren que la once sea sí o sí en la casa. Post trabajo, post estudio, casi en pijama, jajaja. Vivir este momento en el hogar, precisamente, por esa sensación de estar en él y disfrutar el descanso.

Otras, en cambio, disfrutan el salir de casa y que la once llegue lista a la mesa. Con comodidad, entre risas alrededor, tal vez con algún bocado más elaborado, otra decoración…

¿De que team eres tú?

Yo, sin duda, prefiero la once en casa. ¿Beneficios? Muchos:

-Defino el horario específico, sin tener que esperar a que se “desocupe una mesa”.

-Establezco el menú.

-Organizo la mesa como mejor me parece. Si estoy bien inspirada puedo poner algo bonito para decorar el ambiente.

-Hago mis propias mezclas para un rico té (por lo general, suelen ser hebras de té negro con canela, anís y clavo de olor).

-Ahorro, ya que el servicio lo presto yo.

-Puedo demorar todo lo que quiera sin la inquietud de que al dejar de consumir debo alistarme para dejar el lugar.

 


Es cierto, si se me antoja un día salir a un local a tomar once no siento que estoy pecando, claro está. Y lo disfruto. ¿A quién puede NO gustarle que la atiendan? A mí me encanta y me relaja. Por eso lo hago ocasionalmente. Pero, sin duda, tomar once en casa hace que la sienta más auténtica y tradicional.

Opiniones…

miércoles, 24 de abril de 2024

Once y "afternoon tea"

 

En mi mente, la imagen clásica: una mesa pequeñita, con muchos detalles bonitos, un juego de loza hermoso y floral, una bandeja con bocados… eso es lo que pienso cuando leo “afternoon tea”, tradición inglesa que se define
en el libro El arte del té, de Yasu Kakegawa, como “un momento agradable: se invita a amigos a tomar un té acompañado de scones, unos panecillos dulces o salados. Esta tradición nació a mediados del siglo XIX en los medios aristocráticos, antes de difundirse más ampliamente entre la población”.

Imagen desde www.pixabay.com

La once en Chile tiene puntos comunes: lo confortable del momento, la presencia del té (pero también del café y la leche), la comida. Sin embargo, aunque ritualizada igual, la once no tiene esquemas tan establecidos: depende de cada persona, cada familia, en cada hogar. Además, reemplaza frecuentemente a la cena, ya que se ha transformado en la última comida del día. Con sus muchas particularidades y en la inmensa variedad según mesa exista en el país, nuestra querida once define en sí una tradición nacional tan encantadora y cosy como el afternoon tea.

sábado, 20 de abril de 2024

Sopaipillas con zapallo

 

En el post anterior nombré las sopaipillas como opción para la once en una tarde otoñal.

¿Cómo las hago?

Mi versión es la siguiente:

1.      3 tazas de harina

2.      1 taza de zapallo cocido y molido

3.      1 cucharada de polvos de hornear

4.      2 cucharadas de mantequilla derretida

     5.   Agua hervida, pero tibia (cantidad suficiente para hacer una masa homogénea y firme, que no se rompa. Por lo general me alcanza con media taza)

6.      Sal a gusto

7.      Aceite para freír

 

Junto el harina, el zapallo, los polvos de hornear, la sal, la mantequilla derretida y revuelvo con una cuchara de palo.

Agrego poco a poco el agua y comienzo a formar una bola de masa hasta que quede blanda, homogénea y que no se quede pegada en las manos.

Estiro la masa, uslereo y corto en círculos con un molde (si no tengo molde, utilizo un vaso) o en triángulos con un cuchillo.

En aceite bien caliente y abundante, poco a poco agrego las sopaipillas, 5 minutos por lado o hasta que estén con un tostado agradable.

¡Listas y a disfrutar acompañadas de un rico pebre, chancho en piedra o mostaza!




miércoles, 17 de abril de 2024

Otoño

 

Imagen desde www.pixabay.com


Ya corre abril, con el otoño a cuestas…época que invita a abrigarnos, a estar en casa, a prepararse para las primeras lluvias…

Y qué exquisito es tomar once (SIEMPRE) en una tarde fría después del trabajo o el estudio. Sentir que estás descansando en tu hogar, con ese rico aroma a té, unas tostadas con mantequilla y palta. O sopaipillas calentitas hechas por ti o por las manos de tu mamá o abuela.

Yo ya estoy en ese mood que me encanta. Soy fan de la once y del otoño. ¿Mejor mezcla o mejor mezcla? 

Cariños.

domingo, 14 de abril de 2024

La expresión "tomar once"

 

El Diccionario de uso del español de Chile (DUECh), publicado en el año 2010, nos indica que la “once” es la “Comida principal de la tarde, que se toma entre el almuerzo y la cena, que consiste generalmente en una bebida caliente acompañada de pan”.

¿Cuál es el origen del nombre?

Se dice que podría ser una adaptación de “eleventh”, “palabra inglesa introducida por Lord Cochrane en la marinería nacional para designar el refrigerio de mediodía”, según consigna Eugenio Pereira Salas, en su libro Apuntes para la historia de la cocina chilena (1977).



En el mismo texto, se indica la que es -para mí- la versión más acertada ¿por qué? Porque uno de mis profesores en la universidad, gran investigador de la lengua española, siempre se refería a ella como la más cercana al uso del lenguaje cotidiano, esto es:

“Del lapso de tiempo entre el almuerzo y la comida deriva la tradicional once, cuya etimología derivan los costumbristas chilenos y peruanos de las once letras del aguardiente, que los frailes utilizaban como un eufemismo que disimulara el sentido de la invitación”.

La cantidad de letras de la palabra AGUARDIENTE, aquel licor tan intenso y popular en Chile, sería el “secreto” del origen de la ONCE.

“Vamos a tomar las onces”, para evitar decir explícitamente que alguien iría a beber alcohol, después del trabajo probablemente…me imagino esa época…y luego un paso al “vamos a tomar once”, que seguramente se mezclará con la influencia británica del afternoon tea, en el siglo XIX, agregando así comida al bebestible.

Comida y algo para beber, generalmente té, así es como conocemos nuestra rica once chilena, nuestra excusa para reunirnos en las tardes a compartir, a descansar del ajetreo cotidiano, a alimentarse con calma antes de ir a dormir…qué rico ¿no?

¿Qué te parecen las ideas sobre el origen de la expresión “tomar ONCE”?



sábado, 13 de abril de 2024

¿Quién soy?


 

¡Fanática número 1 de la “Once” por acá! Y sí, escribo con mayúscula la palabra, simplemente porque me encanta y siento que tiene un sentido propio y especial.

Mi nombre es Carolina, pero puedes decirme Caro. Soy una profesora chilena, esposa, mamá y dueña de casa. Amo tomar once, ese momento calentito y reconfortante del día. Me recuerda mi infancia, las visitas a mis abuelas, los cumpleaños de los pequeños amigos y amigas…

En este blog te compartiré datos, anécdotas, fotos, recetas y tips! Todo lo que se relacione con el exquisito momento de cada tarde en que nos reunimos en familia -o quizás solos con nuestro gato o perro- a tomar té y comer. Como decimos en Chile, “a tomar once”.

¡Te doy la bienvenida a este espacio virtualmente acogedor!